LIMPIEZA CON VAPOR (LEV, LDV, LEGV)
Las limpiadoras a vapor son un sistema de limpieza altamente cualificado para soportar multitud de horas de trabajo. Suelen utilizarse para el desempeño de múltiples servicios de limpieza en multitud de lugares y aplicaciones.
En forma de vapor, el agua ofrece un poder de limpieza que los detergentes más modernos no son capaces de igualar. Utilizando máquinas de limpieza a vapor los detergentes resultan innecesarios en la mayoría de los casos y al valor ecologico de esto hay que añadir un ahorro económico significativo. El vapor saturado limpia, instalaciones, maquinarias, vehículos, lugares públicos, etc., reduciendo al mínimo el consumo de agua y por tanto la eliminación de aguas residuales. El vapor disuelve la suciedad más persistente, desengrasa los componentes y se puede aplicar a cualquier forma de superficie. El vapor limpia e higieniza, disminuyendo el número de alergénicos, ya que gracias al vapor el polvo se elimina más fácilmente y se combaten las alergias.
En el mercado actual existen numerosos modelos dependiendo de las necesidades concretas de limpieza. De ese modo, la máquina de limpieza a vapor suele estar fabricada en materiales de gran durabilidad e higiene como el acero inoxidable o plásticos de gran resistencia tanto a los impactos como a las altas temperaturas.
Los generadores de vapor, por su parte, disponen de un gran poder de limpieza gracias a su elevada presión y temperatura, excelente para limpiar las grietas más inaccesibles, ahorrando tiempo y dinero.
El generador de vapor modelo LDV con calentamiento por combustión de gasoil ha supuesto una revolución en el sector del lavado a mano de vehículos, ya que permite limpiarlos e higienizarlos, tanto exterior como interiormente, con unos costes muy ajustados y unos vertidos nulos.
Es en la limpieza de medios de transporte, aviones, barcos, motos y maquinaria en general o en la eliminación de hierbas, grafitis y chicles donde estas máquinas desarrollan su máxima eficacia.
Los limpiadores de vapor con autonomía ilimitada tienen dos cámaras de agua. Un tanque de caldera a presión y un tanque no presurizado. Para rellenar las máquinas, se añade agua al tanque no presurizado. Eso permite que el operador agregue agua a la máquina mientras está aún en marcha. Para los sistemas sin un tanque de recarga separado, el operador debe despresurizar el sistema, se añade agua a la caldera, y esperar hasta 15 -25 minutos para que el agua se caliente, están equipados con un sensor de nivel electrónico que indica la necesidad de un nuevo llenado cuando el nivel de agua en su interior no es suficiente. Como resultado, se evitan las caídas de presión y temperatura durante el uso.
Hay limpiadores de vapor industriales, como el modelo LEV, que disponen de relleno automático por lo que una fuente directa de agua se conecta a la máquina, la cual vuelve a llenar la caldera, según sea necesario. También pueden rellenarse manualmente si una tubería de agua no está disponible.
En muchas de las máquinas de limpieza a vapor se incluyen controles simples en la pistola de trabajo que permiten al operador controlar el detergente y el flujo de vapor durante la limpieza.
Se suelen fabricar en acero inoxidable. Esto permite una vida más larga y una mejor limpieza y desinfección del cuerpo de la máquina ya que no existen lugares donde la suciedad puede ocultar. Llevan un cuadro de maniobra y control que integra el manómetro y los indicadores de funcionamiento de la máquina.
Todos los equipos llevan instaladas una o varias válvulas de seguridad, las cuales permiten que el vapor sea expulsado fuera en caso de presión excesiva en la caldera.